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Claves para la producción de trasplantes exitosos

Si bien son muchos los factores que influyen en este proceso resulta difícil poder abarcarlos todos en un solo artículo, sin embargo hay ciertas claves que son constantes en todos los procesos y que si son bien atendidas nos ayudarán a minimizar los riesgos y maximizar el potencial de nuestros trasplantes. El contar con una buena semilla y el sustrato adecuado, un invernadero con altas medidas de sanidad,  condiciones adecuadas de humedad relativa, temperatura e iluminación y programas apropiados de nutrición y prevención de plagas y enfermedades nos pondrán ciertamente en este camino.

El producir nuestros propios trasplantes nos brinda muchas ventajas, como comenzar a producir más temprano, tener plantas uniformes con raíces más fuertes y saludables y generalmente plántulas sin problemas de enfermedades. Una de las ventajas más grandes es poder contar con los trasplantes justo cuando los necesitamos, evitando problemas que se pudieran suscitar al haber alta demanda y la posibilidad de importar trasplantes contaminados a nuestro invernadero; además de que nos asegura un buen comienzo en la producción y ahorramos en gastos de semilla y raleo. Sin embargo, antes que todo debemos de conocer bien el ciclo de crecimiento del trasplante, para de esta manera poder ajustar nuestros tiempos de siembra y poder contar con ellos justo el día que los requerimos.

Objetivo número 1 de producir trasplantes: Producir el mejor sistema radicular en la plántula para elevar su potencial de rendimiento y productividad.

Sanidad del invernadero

Esta es la clave principal para la sana producción de trasplantes. Se debe de contar con protocolos de sanidad estrictos y un buen entrenamiento del personal para que dichos protocolos sean ejercidos. El invernadero de producción de trasplantes debe de estar libre de suciedad, tierra, plantas y cualquier tipo de desecho orgánico que pueda acarrear plagas o enfermedades. Los pisos, bancas y cualquier herramienta que vaya a ser utilizada en el invernadero deben de estar desinfectadas previamente. Hay varios desinfectantes en el mercado, y es muy importante utilizar productos especializados para la producción hortícola y no cualquier desinfectantes y seguir estrictamente la forma de uso. Existen grandes diferencias entre los desinfectantes y no prestar atención pude resultar en una producción vulnerable a enfermedades. Los protocolos de sanidad establecidos deben de incluir medidas específicas para el personal que entra y sale del invernadero como una propia desinfección de las manos y los zapatos cada vez que se ingrese al invernadero.

Charolas (bandejas) y cultivo

Las charolas para trasplantes deben de estar previamente desinfectadas con productos especializados antes de ser utilizadas cada vez para evitar la transmisión de enfermedades. Estas charolas (bandejas) varían en tamaños de las cavidades y número de cavidades. Las más comúnmente utilizadas en la producción hortícola van de 50 a 256 cavidades. El seleccionar el tamaño de la charola (bandeja) apropiadamente es importante ya que determinará el tamaño del trasplante. El tamaño de las cavidades en las charolas (bandejas) de menor número es más grande y por lo tanto podrá contener más sustrato y retener más nutrientes, pero tendrá la desventaja de producir un menor número de trasplantes por unidad de área. La selección del tamaño de las charolas (bandejas) dependerá del cultivo, tiempo de crecimiento del trasplante y del espacio en el invernadero. Las charolas (bandejas) con cavidades más grandes son generalmente utilizadas para transplantes de ciclos más largos y con un sistema radicular más grande. Para trasplantes con un ciclo de crecimiento más corto como los vegetales de hojas, se utilizan cavidades más pequeñas ya que sus raíces generalmente no llenan la cavidad. El tamaño de la cavidad también puede impactar la transmisión de enfermedades, ya que al estar más juntos los trasplantes incrementan la humedad relativa y esto propicia un ambiente para el crecimiento de bacteria y hongos.

Sustrato

Este insumo será clave para el éxito del trasplante y por ende la productividad y calidad del cultivo. El mejor sustrato para la producción de trasplantes debe de tener buena capacidad de retención de humedad pero no en exceso, buena retención de nutrientes y buena ventilación. En este insumo no se debe de escatimar, ya que el no elegir el sustrato adecuado o la mezcla adecuada puede causar pérdidas catastróficas. Existe una selección muy amplia de sustratos y muchos de ellos contienen turba de esfagno así como perlita y vermiculita lo cual permite la ventilación, retención de humedad y temperatura adecuadas. En uno de nuestros próximos artículos cubriremos en detalle cuál es el sustrato adecuado para su cultivo.


Semilla y siembra

Al igual que el sustrato, la calidad de la semilla es crucial para el éxito del trasplante y la producción del cultivo. Sugerimos comprar su semilla con distribuidores de alta reputación. La semilla de calidad tiene mayores porcentajes de germinación a comparación de la semilla vieja, la cual en ocasiones trae enfermedades y menor vigor; esto nos conducirá a la pérdida de uniformidad, productividad y ganancias. Existen también tratamientos de semilla para incrementar su vigor y uniformidad y revestimientos con nutrientes así como biopesticidas que incrementan en gran manera el éxito del trasplante.

Antes de llenar las charolas (bandejas) es recomendable humedecer el sustrato ligeramente, de esta manera al irrigar todas las cavidades quedarán llenas a un mismo nivel. Las charolas (bandejas) se deben de llenar sin exceder su altura. Se deben de hacer perforaciones en el centro a no más de 1.5 cm de profundidad y colocar el número de semillas deseadas en cada perforación. Se recomienda utilizar vermiculita al momento de tapar las perforaciones, ya que esta tiene una mayor retención de humedad y esto ayudará a la germinación de la semilla; también se puede utilizar el mismo sustrato.

planta de semillero


Ventilación y temperatura

El invernadero debe contar con una ventilación adecuada, circulación de aire y un sistema de control de temperatura. La humedad debe de ser relativamente alta en la 1ª y 2ª etapa de producción del trasplante y reducirla gradualmente durante el desarrollo en la 3ª y 4ª etapa. Una humedad relativamente alta disminuye la resequedad, lo cual es necesario en las primeras etapas; mientras que una baja humedad y buena ventilación en los trasplantes en las etapas posteriores disminuye de manera considerable el desarrollo de enfermedades y hongos.  La temperatura es crítica para controlar la germinación de la semilla, y una buena iluminación influirá en los atributos cualitativos de la planta y el enraizamiento. La temperatura ideal para la germinación de la mayoría de los vegetales está en el rango de 21 a 23 ⁰C; mientras que para otros cultivos tolerantes a más bajas temperaturas como las brassicas y lechugas se debe de mantener la temperatura en un rango de 16 a 18 ⁰C. El mantener el nivel de temperatura de manera constante es primordial para el desarrollo de la planta y una producción uniforme de trasplantes.

Nutrición

Las plántulas se deben de comenzar a fertilizar una vez que hayan emergido –aproximadamente 2 o 3 semanas de que hayan sido sembradas. En ocasiones las mezclas de sustratos ya contienen ciertos nutrientes que le ayudarán a la plántula a desarrollarse mejor. También existen tecnologías de semilla como los revestimientos, que ponen los nutrientes disponibles desde el inicio del proceso de germinación. Para un cultivo como el tomate en particular es recomendado comenzar la fertilización 3 semanas después de ser sembrado, aplicando 150 partes por millón de nitrógeno de 2 a 3 veces por semana durante la 3ª semana; aumentar la fertilización a 200 partes por millón de 2 a 3 veces por semana en la semana 4 y reducirla nuevamente a 150 partes por millón en la semana 5. En la semana posterior los trasplantes estarán casi listos para ser trasladados.

Por último, debemos poner particular atención a la temperatura y humedad relativa a la hora del trasplante, ya que una baja humedad relativa y alta temperatura pondrán a la plántula en estrés constante. Es recomendado que el suelo o sustrato en donde se va a trasplantar este relativamente húmedo y que contenga cierta cantidad de nutrientes para ayudar a la plántula a aliviar el estrés.

 

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