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Marshall Green es coordinador de calidad de Berger, Texas. Es de las personas que siempre hacen una diferencia. Siempre positivo, este hombre de corazón, riguroso y con sonrisa comunicativa, siembra el buen humor todos los días.

“Me encanta mi trabajo, me encanta la vida y me encanta la gente”, dice este joven de 29 años que creció en los suburbios de Silver Springs, Texas. Eligió Berger cuando sólo tenía 17 años para un trabajo de mantenimiento, un verano. Ha ascendido, escalón a escalón, hasta el puesto de coordinador de calidad.

“Aprecio la estabilidad que he conseguido aquí. Aunque no tenía una gran formación, tuve la oportunidad de crecer dentro de la empresa. Al principio, me faltaba algo de madurez.” Mark Pugh, supervisor de la planta, confirma: “Lo he visto evolucionar, he visto cómo ha crecido en términos de capacidad y criterio. Estoy muy orgulloso de la persona en que se ha convertido. Si tengo un caso importante, lo quiero en mi equipo. Su gran conocimiento de la fábrica y su buen humor hacen que nuestros días sean más fáciles y amenos.”

“Marshall es un activo muy importante para Berger. Es divertido, atento en su trabajo y con sus compañeros y, sobre todo, se preocupa por el éxito de la empresa Berger.”
—Mark Pugh

 
 

La escucha, la franqueza, el respeto, la humildad y la sinceridad son valores muy apreciados por Marshall. Sus superiores lo saben y confían en él, y no dudan en enviarlo a California durante quince días para comprobar ciertos aspectos de las instalaciones.“Fue un grato voto de confianza. Me encantó la experiencia.”



 
Marshall Green


Una persona que sabe vivir bien

En el trabajo, Marshall es cualquier cosa menos discreto. Le encanta animar el ambiente. “Yo creo que es una persona muy sociable ( social butterfly* ). Encuentra lo positivo en todas partes. Cuando empecé a trabajar aquí, se me acercó y me dijo que me relajara, que me tranquilizara”, recuerda Mark.

“Me gusta mucho hacer reír a la gente. Me consideran gracioso. Durante mucho tiempo se me conoció como Funky Legs (el funkero), porque cuando trabajaba con los pallets, trabajaba en lo alto, cantando y bailando. Todo el mundo me veía y se reía. Pero intento no convertirme demasiado en el centro de atención; de lo contrario, la gente podría pensar que no me tomo las cosas en serio, y no es así.”
Demasiado tarde. Esta faceta de su personalidad ya es oficial, y en la placa de su despacho se puede leer: Marshall “Crying Baby” (bebe llorón) Green.

Su compañera, Andrea King, agradece su disponibilidad. “Para Marshall lo primero es el equipo. No recuerdo ninguna situación cuando le pidiera ayuda y no me ayudara”, señala, recordando un suceso en particular.

“Durante una gran tormenta de nieve, nadie podía ir a trabajar, pero los camiones de reparto habían cruzado Canadá y estaban esperando en la planta. Marshall condujo hasta aquí para asegurarse de que los camioneros no se quedaran en el frío. Y habrían esperado mucho tiempo, estuvimos cerrados una semana. Siempre se lo agradeceré.”

“Todo lo que Marshall hace es en beneficio de la empresa, nunca para recibir un agradecimiento. Siempre es en el interés de Berger.”

-Andrea King

Una historia familiar

A sus 29 años, Marshall es padre de cinco hijos pequeños, dos de ellos adoptados. “Yo mismo fui adoptado y la madre de mi mujer también. Cuando nació nuestro primer hijo, pensamos que debíamos devolver algo y ayudar a un niño necesitado.”



 
Marshall Green

Ciertamente, tener cinco hijos, cada uno con su propio carácter y personalidad, dificulta la adaptación, lo que sin duda le ayuda en las relaciones con sus colegas. “Debido a esto, puede que haya desarrollado un don para hablar con gente distinta”.

Sus responsabilidades familiares se ven facilitadas por el énfasis que pone Berger en el equilibrio entre trabajo y vida privada. “Cuando nació cada uno de nuestros hijos, pude tomarme una semana libre. Las personas de la empresa vinieron al hospital, enviaron regalos, compraron regalos para los bebés, nos dieron tarjetas regalo. Es el tipo de atención que no se ve en todas las empresas, pero que hace una diferencia.”


Aficionado al deporte

Ávido aficionado a los deportes, a los Dallas Cowboys y los Texas Rangers, admite tener poco tiempo para actividades de ocio, aunque ha empezado a levantarse temprano para hacer ejercicio regularmente en el gimnasio. Le encantaba entrenar a su hijo en béisbol y a su hija en softball.

Marshall dice sentirse honrado por su nombramiento para el Informe del empleado. “Soy extrovertido, pero no me gusta mucho ser el centro de atención. Este reconocimiento significa mucho para mí, saber que mi ética de trabajo es apreciada por mis colegas y jefes en Quebec, a miles de kilómetros de distancia, es extraordinario. Estoy muy agradecido.”

Marshall Green es el tipo de persona que todo el mundo debería tener cerca. Su filosofía de vida, su abnegación, el amor que siente por su trabajo y la importancia que concede a su vida familiar contribuyen a crear un equilibrio perfecto.

marshall green


marshall green


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*En inglés lo llaman “social butterfly” , término cariñoso para describir positivamente a alguien muy sociable. No existe un término equivalente en español.

 
 
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